Buscar este blog

Luna tucama por Billy Quinteros y mi hermosa madre.

Demasiado corazón - Tomás Lipán.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Instrucciones para mi uso.


Instrucciones para mi uso.

 Deliciosa Dama,
  Te descubro parte de mi a través de mi declaración de mis gustos y mis disgustos. 
Asi podrás conocer mejor al la gorrión de papel real y tal vez puedas contrastarlo con el gorrión de papel que inevitablemente imaginas. Ojalá que ambos coincidan y los quieras a los dos por igual.

Te quiero,
Un beso de los que me gustan,

Gorrión de papel.

Me gusta 

Me gusta el crujido final de la sandía cuando se parte en dos.
Me gustan las cosquillas delicadas en la cara interna de los antebrazos.
Me gusta ver como el barman de Chicote, tan serio, tan mayor y tan circunspecto, se convierte durante unos segundos en un joven bailarín cuando agita la coctelera para hacer el mejor dry martini del mundo.
Me gusta flotar en el agua.
Me gusta acariciar las cabezas rapadas al 1 de mis amigos.
Me gustan las palabras libélula, clepsidra, sándalo y alquimia.
Me gusta masticar un paquete de 10 chicles de fresa al mismo tiempo en la boca.
Me gusta mirar a las belugas.
Me gusta el frufrú de las sábanas limpias al meterme en la cama.
Me gusta cuando el avión despega y mi cuerpo se aplasta contra el asiento.
Me gusta llegar a casa y que haya mensajes de mis amigos en el contestador.
Me gusta mi casa cuando regreso a ella después de un viaje largo.
Me gusta el olor de las panaderías por las mañanas.
Me gusta el olor a talco para bebé.
Me gusta abrazarme a los árboles en un parque cuando nadie me mira.
Me gusta que me susurren al oído cuando todo esta en silencio.
Me gustan las caras con hoyuelos en las mejillas o en la barbilla.
Me gusta escuchar las risas cuando son como volteretas.
Me gusta mirar como vuelan las bandadas de palomas en el cielo.
Me gusta exhalar vaho en los cristales y ver como cambian las formas de humedad hasta desparecer.
Me encantan las barrigas desafiantes de las embarazadas, que dicen sin rubor aquí estamos mi bebé y yo.
Me gusta contemplar la cara de sorpresa de mis amigos cuando abren su regalo y sé que he acertado.
Me gusta besar la sombra de mi amada que se proyecta sobre la pared cuando ella no me mira.
Me gusta que me masajeen la cabeza cuando me lavan el pelo en la peluquería.
Me gusta cuando sueño que puedo volar.
Me gusta ver a los cocineros cortar rapidísimamente y en finísimas tiras la zanahoria sin cortarse.
Me gusta contemplar las nubes algodonosas en el cielo azul y descubrir a qué se parecen. 



No me gusta 

No me gustan los tubos de escape de las motos sin silenciador.
No me gusta ver marcharse el tren justo cuando estaba a punto de llegar al andén.
No me gusta que me hablen cuando escucho mi canción favorita.
No me gusta tener los pies fríos.
No me gusta cuando sonrío y no me devuelven la sonrisa.
No me gusta que en mi buzón sólo haya cartas del banco.
No me gustan las mariposas disecadas.
No me gustan las palabras doblez, disentería, gonorrea y execrable.
No me gusta la arena mojada adherida a mis pies cuando tengo que calzarme al dejar la playa.
No me gusta admitir que debo mirar siempre la página de soluciones del crucigrama para poder acabarlo.
No me gusta que las cejas de la gente estén despeinadas.
No me gusta pisar migas de pan en el parqué.
No me gustan las arañas.
No me gusta ver una película cuando ésta ya ha comenzado.
No me gusta descubrir un trozo de lechuga verde entre los incisivos después de haber estado sonriendo seductoramente a una compañera durante una comida de trabajo.
No me gusta cuando me dicen: “oye ¿Te he contado que…”, y se hace un silencio eterno de un segundo y después añaden “bueno, mejor no, no era nada” y por mucho que insistas no te lo cuentan.
No me gusta la quiebra de expectativas catarrales. Esto es, cuando siento el cosquilleo en la nariz que precede a un magnífico estornudo pero éste al final no llega.
No me gustan las etiquetas de gran tamaño de algunas camisetas que rozan mi nuca y cuando las cortas es peor todavía.
No me gusta el olor de la coliflor hervida.
No me gusta cuando estoy viendo una película triste en el cine y alguien desenvuelve lenta y ruidosamente el celofán de un caramelo.
No me gustan los domingos por la tarde, sobretodo en otoño.
No me gusta el humo del cigarrillo.
No me gusta que la peluquera me corte cuatro dedos de pelo, cuando le dije que sólo cortara dos.
No me gusta que me castiguen con silencios prolongados cuando alguien se ha enfadado conmigo.
No me gusta que me desvelen los finales de las películas que no he visto.
No me gusta olvidarme del nombre de una persona justo cuando me la encuentro y le debo presentar a otra.

                                        Gorrión de papel.



1 comentario:

Milonga de mis amores.