Buscar este blog

Luna tucama por Billy Quinteros y mi hermosa madre.

Demasiado corazón - Tomás Lipán.

martes, 20 de diciembre de 2011

Tu sincera indiferencia, mis sinceras tonterías.

Amor y desamor...


  Cinco  para las seis, otra tarde que se va. Podríamos hacer el amor desde las seis y media hasta las ocho y dormir dos días seguidos. Para no pensar, para no tener que hablar sobre nada. Luego seguramente sería yo quien se despierte primero, te daría un beso en la frente y dos en la boca. Vos vas a sonreír hasta que escuches la puerta cerrarse. Seis y diez. Los colectivos van repletos por ruta tres hacia el fondo. Hace calor.  Con que poco soy feliz. Me basta con imaginarte una vez al día, estando contenta por que estoy a tu lado. ¡Que gran idiota! Pero que feliz que es este idiota una vez al día. 
   Podría irme caminando, mi casa queda a treinta cuadras. Así evitaría la posibilidad de padecer una muerte por asfixia. Pero lo cierto es que viajar en colectivo me ayuda a pensar. Caminar también, no digo que no, pero me siento solo. No te rías, por favor. Es verdad lo que te digo. En el colectivo uno sabe bien que los que están despiertos si o si están pensando en sus vidas.  Las novias en sus novios y viceversa. Las señoras y los señores piensan en sus trabajos, en sus familias, en las cuentas. Los que están solos en el porque de su soledad.  Los que tuvieron un mal día imaginan revanchas que no se van a dar o que tal vez si, pero por supuesto nunca es como uno imagina. Y  aquellos que han sido bendecidos con un buen día coronado con el privilegio de viajar sentados no ven la hora de llegar a sus casa y contarle a alguien la dicha que los invade. ¿En que pensas cuando viajas en colectivo? Es algo que me gustaría saber. Yo pienso en eso, pienso en que pensas vos cuando viajas en colectivo y ahora que deliro que te lo cuento me río por vergüenza. Que estupidez. Ojo, no es lo único, también hago memoria. Me invaden los recuerdos cuando el viaje supera los veinte minutos.
    Ahora que lo estoy diciendo, se me ocurre pensar esto. Tal vez uno además de sacar boleto para llegar a destino, pagamos también por un fragmento único de tiempo, un tiempo que es solo para nosotros.  ¿Que te parece lo que te estoy diciendo? ¿Estoy loco? ¿Digo muchas estupideces, no? Perdón, te pido perdón. No te enojes conmigo. No pongas esa cara, por favor. Me duele tanto imaginar esa mirada. Esa forma de mirar tuya, como si vieras a un extraño que habla incoherencias. Tal vez lo son. Pero es mi forma de ser sincero. Es extraño como pedimos sinceridad mutuamente y luego no la toleramos. Tu sincera indiferencia, mis sinceras tonterías.                                                                                                                                              

    Ya estoy en casa. ¿Viste todo lo que pensé en este viaje? Que cosa más loca. Pasaron ocho meses desde que me dejaste. Que feo me suena. No le digo a nadie que me dejaste. Nos dejamos repito siempre. No es soberbia, créeme. Creo que es un poco una manera de preservarme. Es un sentimiento horrible sentirse dejado. La frustración te invade algunas veces, la inseguridad en todo momento. Me acuesto por las noches, muy tarde y el sueño me llega siempre después de llorar. Por que lloró por las noches. Es un secreto, es incomodo para un hombre reconocer que llora. Nos sentimos ridículos o al menos yo me siento así. Me siento un boludo, discúlpame la expresión. ¿Por qué lloro? Sabes por que lloro. Algunas preguntas son tan innecesarias. La obviedad de mis actos está expresada en mis confesiones. Ahí viene el sueño, hoy viene ligero. Te veo a la madrugada mi amor, aunque vos sigas dormida.                                                                       

     La luna esta manchada. Las estrellas no me parecen interesantes esta madrugada, las siento tan tristes que no quiero levantar la mirada para contemplarlas. ¿Para que? Ya estoy bastante triste acá abajo. ¿Para que buscar mas  tristeza en el cielo? Mañana podría ser un cielo nocturno feliz y me lo perdería por temor a que pudiera ser como hoy. ¿Sabes que se me dio por recordar? Al principito y sus amaneceres. ¿Te acordas? El decía que su planeta era tan chiquito que podía ver el amanecer muchas veces, tan solo debía mover su silla unos cuantos pasos y podía verlo una y otra vez.  Le dijo al aviador que veía el amanecer  cuando estaba triste y que una vez lo había visto unas cuarenta veces. (Tal vez más. Eso no me acuerdo bien) Y el aviador pensó en lo triste que había estado el principito la vez de los cuarenta amaneceres ( Tal vez más)

    Yo cuando estoy triste escucho una canción muchas veces. Me acuerdo que vos  me gritabas desde donde estabas –¡Apaga eso! Todo el día escuchaste esa porquería- y yo quería en esos segundos que tuvieras la sensibilidad del aviador. No es un reproche. Es una fantasía estúpida que yo alimentaba entre viajes y caminatas. Creí y ese fue mi error, que si te mostraba las cosas como yo las veía o te explicaba mis delirios ibas a transformarte en mi aviador. En esa persona que pudiera notar la melancolía de mis mañanas y la ausencia emocional de mis domingos. Esa personita que pudiera ayudarme cuando el mundo me empezaba a doler.  Ya se que esta mal pretender que otro sea nuestro salvador. Que algunas cosas uno debe hacerlas solo. Pero ya te dije, era una fantasía. Claro que no voy a negar, había cierto deseo de que fuera realidad, un deseo muy fuerte. Te puedo decir también que yo sabía cosas de vos que ni vos sabías. No se si esta bien decirlo. Pero es verdad.                                             
       La chica que florece en primavera y en verano es una mujer completa. La que en otoño padece nostalgia crónica y duerme los tres meses que dura el invierno. La que come helado y es feliz. La que lee novelas rosas y alimenta sueños secretos. La que canta mal canciones hermosas. Hermosa los lunes todo el día, terriblemente cruel tres días al mes. Levemente cruel los veintisiete días restantes. Increíblemente dulce y amable el día que sobra. Hay más, hay mucho más. Pero por hoy es suficiente. No me olvido que de ahora en más lo único que voy a tener de vos es esto. Recuerdos que se van desgastando, que se deforman, que se pierden y entremezclan con ilusiones, con imágenes prestadas, con canciones, poemas, lágrimas, nubes, cielos tristes y alegres, colectivos llenos y vacíos, caminatas bajo la lluvia, noches de insomnio.  
                                                                        
                                                                 Gorrión de papel.




5 comentarios:

  1. Q BELLO ESTA ES LA LECTURA Q ME GUSTA DISFRUTAR!!

    ResponderEliminar
  2. Hola, me pasaste el link en una sala, me ha gustado mucho, mucha fuerza y sinceridad, en una parte me recordó a un poema de Girondo, cuando dice que no aceptaría bajo ningún concepto a una mujer que supiese volar.
    Ana

    ResponderEliminar
  3. De nada. Me ha gustado el blog, lo seguiré leyendo.
    Ana

    ResponderEliminar
  4. Me encanto Tu blog no esperaba volver a encontrarte , Amo tus sinceros Pensamientos.!!!Kaperucita Roja.....(F)

    ResponderEliminar

Milonga de mis amores.