Mi vida:
¿Qué tal te ha tratado el día de hoy?
Te extrañé. Entré a diversos sitios que frecuentábamos para evocarte a traves de los demás. Alli estaban los recuerdos, las paredes que me señalabas con inquietud, murales y dibujos ocultos que he aprendido a disfrutar, y hasta una muchacha, antigua compañera de tu secundaria me ha hablado de tí, indagó sobre tus desventuras actuales y yo he indagado sobre tus aventuras pasadas, fue un nexo de tiempos, (Me encanta cuando hablan tan bien de ti).
¿Cómo está tu mamá? Ojalá que mejor. Mucho animo para ella y para vosotros. La enfermedad es tan dura para el que la sufre en su cuerpo como para quienes la contemplan impotentes. Sé bien lo que es eso.
Buenos Aires está impregnado de luz y calor. La gente se ha despojado definitivamente de las mangas largas, de las medias y de los zapatos cerrados. Y yo todavía no he hecho el trasvase de armarios de la ropa de invierno a verano. Esa transición siempre me resulta difícil:
Organizativamente porque mi casa es pequeña (como el asteroide del Principito) y es un verdadero caos de cajas y lavadoras y bolitas de naftalina cambiar la ropa de una estacion a otra.
Emocionalmente porque las prendas estan vivas e impregnadas de emociones y recuerdos, y está esa camiseta roja con la que pasaste ese día en la plaza tan divertido, o esa remera rota con la que te veias mundial en aquella fiesta, o esos pantalones negros con los que fuiste al entierro de la madre de tu amigo, o esa chomba azul celeste a la cual le había arrancado el cuello que tanto has usado y que no sobrevivira un verano más.
Desde el punto de vista práctico porque generalmente en el invierno una acumula un par de kilos extra y no hay ropa que pueda ocultarlo así que se mantienen donde estaban, las muy traidoras.
Y estéticamente hablando por que, como decia Oscar Wilde, la moda es un adefesio tan terrible que nos vemos obligados a cambiarlo cada seis meses. Solo asi se entiende que una pueda mirar con horror este año una prenda que el año anterior llevo con decisión, estilo y convencimiento.
Frivolidades aparte...Hoy recordé a Mario Benedetti, y no pude evitar sentir una cierta tristeza al escuchar su fallecimiento en la radio hace ya algún tiempo, camino del trabajo. Me acordé de ti (siempre estas asociada en mi mente a la poesia y a la belleza) y me acordé de su "Pasatiempo" y de como le alcanzó por fin la verdad, como el océano se convirtió en su océano, y como la muerte llegó a ser la suya.
Cuando éramos niños
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía
luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque era océano
la muerte solamente
una palabra
ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros
ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.
"Pasatiempo" de Mario Benedetti.
Un beso lleno de susurros tiernos .
Tuyo, Gorrión de papel.
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