Amor...
Sé que en alguna tarde de invierno recorreré calles, plazas, rutas suburbanas. Preguntaré a todos si conocen el ansia de talar árboles, postes, patas de innumerables vacunos a la vera del camino. Obviamente, la respuesta será negativa. Entonces me acordaré de la lluvia, de tu nombre, y un pedacito de sol me golpeará el pecho. Me quedaré callado mirando el asombro por dentro, hasta que amanezca. Y eso será todo...que es casi nada, pero es todo lo tuyo que puedo llevarme...adiós
Mario Parella.
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